Repentirse y Vivir

Muchas veces cuando la gente piensa  acerca del Antigua Testamento de la Biblia, o escuchen lo que muchos dicen acerca de él, parece que ven a un Dios sumamente severo, insensible y sin misericordia.

Pero si la gente pone a un lado sus prejuicios y lo lee con cuidado  descubrirán que más bien  el Antiguo Testamento no habla de un Dios feroz e inhumano, sino de uno que es misericordioso y tolerante, respondiendo ante todas las provocaciones, y fueron muchas, durante muchos siglos, con compasión, perdón, y amor.

Sin embargo, hay que comprender que, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, hablan de un Dios que es santo y justo y juzgará y castigará lo que es malo.

Desgraciadamente  la gente hoy día tiene un concepto desequilibrado acerca de este asunto. Y la iglesia, en general, y muchos predicadores también, son culpables de enseñar solo acerca del amor, el perdón y la gracia de Dios y nunca, o casi nunca, predica acerca de la ira y el juicio de Dios.


Pero La Biblia habla de ambas cosas. Nos dice que – “Dios es amor” 1 Juan 3: 4: 16. Y en su carta a los Efesios el Apóstol Paul anima a los creyentes diciendo, que – “seáis plenamente capaces de comprender con todos, los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios – Efesios 3: 18 a 19.

Pero, también, la Biblia nos dice que – “Dios es fuego consumidor” – Hebreos 2: 29 y ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! – Hebreos 10: 31

El apóstol Pablo, llamó a los ancianos de la iglesia en Efeso, sabiendo que fue la última vez que iba a verlos, y les dijo – “Yo sé que ni ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” – Hechos 20: 25 a 27

Desgraciadamente hay los que no están  ‘anunciando todo el consejo de Dios’ sino solamente lo que ellos creen que el hombre moderno esté dispuesto a aceptar, y, por esto no son fiel a su llamado.

La Biblia lo dice muy claro que Dios es santo y tan completamente bueno y perfecto que está más allá de nuestra comprensión, y, por su misma naturaleza, Dios no puede aceptar en su presencia cualquier cosa imperfecta.

Este es nuestro Hacedor y el Dios con que tenemos que tratar.

El es el Señor Soberano del Universo, el origin y Creador de toda las cosas. No nos sorprende que el escritor del libro de Hebreos dice - Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor – Hebreos 12: 28 y 20


En el mismo libro también lo dice – ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

Moisés quien era un hombre especialmente piadoso, pidió a Dios muy osadamente el privilegio de ver su gloria y lo siguiente fue la respuesta de Dios –

Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y he conocido por tu nombre. El entonces dijo: (Moisés) Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aun Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se veré mi rostro – Éxodo 33: 17 a 21

Cierto es, que la mayoría de nosotros preferimos lo que es bueno más bien que lo que es malo, pero créeme ‘lo bueno’ de Dios está más allá que nosotros podemos concebir. Aún los mejores entre nosotros somos malvados  en comparación con la santidad del Dios Todopoderoso. Así que, por misericordia y de su amor, él tiene que protegernos de la gloria de su santidad, como lo hizo con Moisés.

No obstante, Dios te invita, mientras lees este artículo, de poner toda tu confianza en su Hijo Jesucristo, quien murió en la Cruz por tus pecados, y así seas salvo y poder regocijarte en el amor de Dios por la eternidad  y conocerle como tu Padre Celestial.

Ahora entonces, si nos gusta o no nos gusta debemos enfrentarnos con el asunto del infierno.

Si jamás tocamos este tema, en cualquier lugar o en cualquier situación, el resultado es siempre violenta y hostil – “Como puede un Dios de amor enviar a un ser humano a tal lugar.” – dice la gente.

Permítame asegurarte, sin rodeos, que Dios puede y lo hará!

Es cierto, como en el caso de los seres humanos, lo haría muy a regañadientes. Dios dice en la Biblia - Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis – Ezequiel 18: 32  Nota: ‘la muerte’ aquí significa lo que la Biblia llama ‘la segunda muerte’ o el infierno



El apóstol Peter, inspirado por el Espíritu Santo nos dice que – El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno parezca, sino que todos procedan al arrepentimiento – 2 Pedro 3:9

Sin embargo, La Biblia claramente habla del infierno: Pero aún así, es virtualmente no mencionado en el Antiguo Testamento, y en las Epístolas de los Apóstoles, solo indirectamente. Donde se encuentra en la Biblia con la enseñanza y la advertencia acerca del infierno es en el libro de Apocalipsis y de las palabras y las enseñanzas del Señor Jesús en los evangelios –

Estas son las propias palabras de Jesús

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego – Mateo 5: 22

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno – Mateo 5: 29 y 30

No temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno – Mateo 10: 28

¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero hay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Por tanto, si tu mano o tú pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego – Mateo 18: 7 a 9

Jesús habló claramente a los fariseos religiosos y las escribas de la ley de su día advirtiéndoles de su comportamiento – ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros – Mateo 23: 15


¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? – Mateo 23: 33

Jesús enseñó también, como ilustración del infierno, el valle de Gehenna, que estaba cerca a Jerusalén, donde solían arrojar y quemar la basura y los cuerpos de los criminales, y donde gusanos grandes y repugnantes se arrastraban sobre la suciedad. Jesús lo describe así – donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca de apaga – Marcos 9: 48

Jesús nos avisa del juicio eterno del infierno porque nos ama, y por eso murió por nosotros sobre la Cruz del Calvario. No es la voluntad de Dios que cualquier ser humano sea condenado al infierno. No obstante, el amor de Dios es un amor autentico y verdadero y muy diferente de lo que el mundo llama ‘amor’, que a menudo significa nada más que indulgencia y que cualquier corrección o advertencia, no importa cuán cariñosa pudiera ser, es considerado como tiranía, abuso y represión.

Cuantos adultos jóvenes que tienen dificultad de vivir una vida bien equilibrada, es el resultado de haber tenido padres que se encojen los hombros ante sus  delitos. Porque corrigiéndoles, con un justo castigo, sería considerado como falta de amor. Y, de todas maneras, requiere demasiada paciencia y perseverancia.

Dios no es así. Es cierto que no va a coaccionar a nadie, pero no cesa de advertir y avisar, como solían hacer los profetas de antaño y los apóstoles de Nuevo Testamento.

Y a través de la historia de la Iglesia los ministros que han sido fieles en dar todo el consejo de Dios, y han continuado advirtiendo y avisando, se han encontrados a sí mismos categorizados  como ‘fanático predicadores, siempre rugiendo acerca del infierno’ y ‘profetas funestos y condenatorios’ etc.

El mundo les condena como personas que gustan inspirar temor y ser miserables y sin gozo; andando siempre con el ceño fruncido. Todo esto es una gran exageración: La verdadera razón es que son constreñido por el amor de Cristo y anhelan que todos pudiesen compartir con ellos el gozo que viene con la certeza de la salvación de Dios.

No obstante, los cristianos  deben testificar, tanto de la severidad de Dios como de su bondad y amor. Y, sobre todo, testificar de la grandeza del amor de Dios, manifestado en todo su gloría en la Cross de Nuestro Señor Jesucristo.

El Apóstol Pablo nos muestra esto en su carta a la iglesia en Corinto cuando dijo – Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios no fui con excelencia de palabras o sabiduría. Pues, me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temblor y temor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demonstración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios – 1 Corintios 2: 1 a 5


Los cristianos, a menudo, se sienten en estos días, como se sintió el Apóstol Pablo en su día. Porque hoy la Cristiandad  se enfrenta con tanto abuso, opresión y persecución como en los días apostólicos, sin embargo, ellos quieren ser obedientes al mandamiento que Cristo dio a sus discípulos y que nunca ha sido rescindido – Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos  en el nombre de Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo – Mateo 28: 19 y 20

Como pastor evangélico te invito de volver a pensar de nuevo sobre todo la cuestión del amor de Dios y del evangelio de Jesucristo, y poniendo a un lado todos los prejuicios previos, lee, con cuidado, uno de los cuatro evangelios. Permíteme sugerir el evangelio de Mateo o Marcos; pero escoge tú. Y yo creo que el Espíritu Santo hablará en tu corazón confirmando la verdad del evangelio.


Pastor Gordon "Guillermo" Burgess
Iglesia Evangelica
San Juan De Alicante