Un Cristiano Siempre Debe Amar A Su Prójimo

Las parábolas de Jesús tienen fama, y con razón, aún cuando algunas de ellas no son fáciles de interpretar. Sin embargo, un niño inteligente podría entender y apreciar muchas de ellas, y aunque su estilo refleja el medio ambiente de aquellos días, y describe un estilo de vida que ha desaparecido en muchas partes del mundo actual, son tan relevantes para el siglo veintiuno que solían ser durante el ministerio de Jesús en el siglo primero. Yo iría más lejos todavía y decir que son muy relevantes para el día de hoy.


Algunas veces pensamos que viviendo en una edad industrial, científica y computadorizada que la vida de los tiempos antiguos serían o solamente ajena a nosotros sino extraña e incomprensible, y, por supuesto, en cierto sentido esto es cierto. Poniéndolo de otra forma, si un hombre de aquellos tiempos se reencarnarse para encontrarse en, digamos, Barajas, en la temporada alta, seguro que moriría del susto o se volvería loco. No obstante, en otro sentido, muy importante, el siglo veintiuno no es diferente del siglo primero o desde que empezó la historia.

Los hombres y las mujeres son todavía felices o infelices, simpáticos o antipáticos, frustrados o realizados, pueden ser rencorosos, envidiosos, aburridos, crueles y llenos de ira o odio. Todavía hoy hay los tímidos y los medrosos  y los atrevidos y valientes. Estas características humanas se encuentran en todas las edades, y se podía fácilmente nombrar más, por ejemplo, ambición y el deseo de tener poder y dominar.

Todo esto es común a todas las categorías sociales y académicas. Como ejemplo, Un hombre moderno, que tiene una carrera buena y vive en una casa excelente con todas las cosas necesarias para su comodidad,  sin embargo,  es desesperadamente infeliz. Su hijo le odia y su esposa amenaza en dejarle y para colmar la situación su jefe no le aprecia su trabajo ni hace caso de sus sugerencias. Se puede escoger cualquier persona del siglo primero o del siglo veintiuno, y ver en su vida cualquiera de las cosas que he mencionado  anteriormente; moderna o antigua no habrá diferencia.

Iré más lejos y decir que un hombre de negocios de la antigua Cartaginense podría estar más contento y cumplido en su vida y en su trabajo que su contraparte moderno, aunque solo tenía la mitad de la esperanza de vida del hombre moderno. No debemos juzgar el pasado por lo presente.

Una cosa que todos los tiempos tienen en común es el pecado. El pecado arruina todo, y el apóstol Pablo lo describe así -

Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de mi mente, y que me llevo cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro - Romanos 7: 18 a 24

Entonces, por razón del pecado del hombre, y el hecho que las cualidades básicas de la naturaleza humana no ha cambiado, las enseñanzas y las parábolas de Jesús son tan relevantes hoy como lo fueran en antaño

Abriré mi Biblia en el Evangelio de Lucas capítulo 10 donde nos encontramos con la parábola del "Buen Samaritano" y leemos -

He aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿Haciendo que cosa heredaré la vida eterna? El (Jesús) le dijo: "¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a tí mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás, pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.

Pero un Samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, saco dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que  gastes, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parecen que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo - Lucas 10: 25 a 37

Esta parábola es tan relevante hoy como en antaño. Cuantos evitan, a toda costa, estar envueltos como testigos en el caso de un crimen o una accidente, y se justificaría no estar envueltos, diciendo que no fue asunto suyo, y hubo bastantes otras personas presentes que pudieran acudir y, también, están muy ocupados y no tengo tiempo para ser llamados como testigos, etc. etc.

Para el creyente Cristiano, cada hombre es su prójimo, no hay excepciones en absoluto.

Jesús, como siempre, es el ejemplo más grande, como escribe el apóstol Pedro -


Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que  predicó Juan: como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él - Hechos 10:37 y 38


He citado solamente una de las parábolas de Jesús en este artículo, pero todas ellas son tan relevantes hoy como en los tiempos de antaño, y no solo ellas, sino todas las enseñanzas ejemplares de Jesús satisfacen las necesidades de la actualidad.

Jesús es la repuesta para todo: Y él es lo mismo hoy como era cuando dijo -

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer - Juan 15: 5

¿Quieres, de verdad, ser bueno, y tener poder para hacer lo que es bueno? Ven a Jesucristo ahora, confesar tus pecados y tu necesidad, ponerte en sus manos, y habrá un cambio radical en tu vida; el apóstol Juan dice lo siguiente -

A Todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, los dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios - Juan 1: 12 y 13

Pastor Guillermo Burgess
 Iglesia Cristo Vive
San Juan De Alicante